Comenzaré con los "tapetes" de arena que estaban expuestos en la plaza de la catedral. Los dibujos eran muy variados pero en ningún caso faltaban los esqueletos, ya fuesen de humanos o de animales:
Otra de las cosas típicas de aquí son los altares. En todas las casas colocan uno para hacer honor a sus muertos, cada cual lo decora a su manera y en ninguno falta comida, flores o cualquier cosa que pudiera gustar a los muertos en vida, ya sea su ropa u objetos personales. Algunas de estas fotos están tomadas de una pequeña exposición que había en la plaza del Zócalo:
Y aqui mi pequeño altar, es lo que me regalaron la semana pasada cuando visité mi comunidad. Consta de un pan de muerto, nueces de castilla (como las denominan por aqui), cacahuetes y guayabas. Son algunos de los productos que suelen colocar sobre sus altares.
Por supuesto que había que visitar el panteón o cementerio de la ciudad, ya que muchas de las actividades tenían lugar allí, entre las tumbas. Allí pude asistir a un concierto en toda regla, e incluso observar como un grupo de mariachis cantaban alrededor de una tumba...
Además, por las calles de la ciudad se podían ver comparsas con gente disfrazada y acompañados por la banda:
Es macabro...pero a la vez alegre. Es extraño q pongan coloridos altares con la foto de sus muertos y luego hacer fiesta en el cementerio!
ResponderEliminarPeculiar, sin duda.
ResponderEliminarQué divertido. Uno de los mejores ejemplos de cómo pueden coexistir dos tradiciones--el culto a los muertos mesoamericano y el catolicismo europeo--en sinergia. Gracias, Kuki.
ResponderEliminar